Me siento morir viviendo
y al verte vivo muriendo,
pues no cabe en mi tu verde
del desmayo de tenerte
tan de cerca y tan de lejos.
Y entonces pisas la Plazuela
y alumbra el Sol tu semblante,
y tu amor es luz cofrade,
y tu brillo es la mañana,
y tu sombra es madrugada,
y tu ocaso es rojo Valle
y tu tristeza es eclipse
y tu fervor es el alba
y tu alegría alborada
de un áureo y bello sueño:
posan dorados destellos
en tu sien de Coronada.
Y ese tímido velero,
que contigo se quedara,
a la gloria te acompaña
en tu manto de oro y yedra,
en simbólica cartela,
anclándose en la Esperanza
como se ancla la Plazuela,
calle Sol, calle Empedrada,
la Paquera que te canta,
el Cristo que al verte expira
cuando en la tarde agoniza
al pasar frente tus plantas…
De primavera en primavera
Jerez entero te aguarda
como Madre y Soberana,
Esperanza marinera,
Reina guapa de la Yedra,
Lucero de la Mañana.
